En abril de 2008 las gemelas Dulce y Rosa Rodríguez Olvera de 23 años de edad, fueron detenidas por ser quienes asfixiaron, descuartizaron y calcinaron a su cuñada Beatriz Sánchez López y el hijo de ésta de tres meses de edad. A decir de las homicidas oriundas de la comunidad El Coyuco, en el Estado de Hidalgo, aquí en México, acudieron a la oficina de una adivina esotérica, quien les aseguró que su cuñada las tenía embrujadas y era la responsable de la reciente muerte de su progenitora. Conforme a la declaración, las gemelas planearon con una semana de anticipación el homicidio y ninguna de las dos se arrepintió de las acciones, aunado a que detallaron que alrededor de las 11 horas de el lunes 30 de junio atacaron a la ahora occisa.
Para lograr su asesinato utilizaron una faja para ahorcar a la mujer y su hijo, además de una hacha y tijeras, para cortar por la mitad el cuerpo de la cintura hacia debajo de Beatriz Sánchez, el cual fue hallado en una bolsa, y el resto (parte superior) junto con el del infante en las brasas de un fogón.
Juventino Sánchez López, hermano y tío de los ahora occisos, expuso que al percatarse de la situación, alrededor de las 20:00 horas de ese día, dio parte a las autoridades, quienes al llegar al lugar encontraron los restos de los cuerpos calcinados.
El acto delictivo enojó a los habitantes de la zona quienes pretendían linchar a Dulce y Rosa Rodríguez, mismas que fueron trasladadas a las instalaciones de Seguridad Pública de la localidad, y en las primeras horas del martes, fueron conducidas al Ministerio Público con sede en Tulancingo donde rindieron su declaración preparatoria.
Pensar que con un tiro se acaba el problema. ¡Arriba la pena de muerte!
ResponderEliminarVaya, es una lógica encantadora:
EliminarTe indigna tanto un asesinato que pretendes castigarlo con otro.
Obviamente estoy contra la pena de muerte.
>P
Muerte con muerte!
EliminarOjo por ojo y diente por diente,la ley del talión
Engañadas...y acabaron cometiendo asesinato...solo porque una mujer ignorante les dijo que había actuado para que su madre muriera. Extraño caso de matriarcado y menosprecio a aquella parienta política sólo por que no "era de la familia"
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