Bobby Greenlease era el hijo de seis años de edad, de Robert Greenlease, un acaudalado empresario dueño de concesiones de General Motors en varios estados. Bobby fue secuestrado en su escuela por Bonnie Heady, una delincuente y adicta a las drogas.
Heady pretendía ser tía de Bobby, y afirmó que la madre de Bobby había sufrido un ataque al corazón. Bobby le acompañó por voluntad propia.
Después de tomar cautivo a Bobby, Heady se reunió con su novio, Carl Hall. Los dos llevaron a Bobby a una frontera del Kansas, donde Hall disparó y mató al chico. A continuación, envió una demanda al padre de Bobby, un rescate de 600,000 dólares.
El Sr. Greenlease, desesperado por recuperar a su hijo, siguió las instrucciones de los secuestradores de no llamar a la policía, y accedió a pagar el rescate. (En ese momento, 600,000 dólares fue el mayor rescate pagado en un secuestro en los Estados Unidos.)
Hall y Heady recogieron el rescate, luego se separaron y esperaron hasta que las cosas se “calmaran”. Hall dejó Kansas City por St Louis, donde una prostituta con la que hacía negocios descubrió el dinero. Esta informó a la policía acerca de las grandes sumas de dinero en efectivo que llevaba Hall, la policía lo interrogó, eventualmente habló e implico a Heady.
Cuando la policía llegó a su residencia en Kansas City, encontraron el cuerpo de Bobby, enterrado en su patio trasero.
Hall y Heady fueron declarados culpables y fueron ejecutados en 1953. Sólo la mitad del dinero del rescate fue recuperado, se rumorea que un policía sin escrúpulos recuperó el dinero para si mismo.
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