Foto del Episodio, el Texto es original del Blog Escrito con Sangre.
Fotos reales de Caroline y Catherine
Anne
Margaret Lebensztejn nació el 5 de abril de 1959 en Bialystok (Polonia). Siendo
muy joven, conoció a un hombre con quien vivió durante un tiempo, apellidado
Karubin. Tuvo tres hijos con él: Caroline J. Karubin (nacida en 1987),
Catherine (en 1988) y el hijo menor, Robert. Los tres nacieron en Mississauga,
Ontario (Canadá).
Anne
Margaret mantuvo sola a sus tres hijos, como madre soltera, después de que el
padre de las niñas la abandonó. Por esos tiempos, desarrolló una dependencia al
alcohol y constantemente sufría de profundas depresiones.
En
2002, sus hijas eran adolescentes. Caroline tenía 16 años y Catherine, 15. Anne
Margaret tenía dos trabajos para poder seguir sosteniendo a su familia. Seguían
viviendo en Mississauga, Ontario.
Pero
las dos chicas estaban hartas. Las continuas borracheras de su madre las
irritaba. Según sus propias palabras, detestaban que "desperdiciara tanto
dinero en alcohol". También les molestaba que sus amigos poseían
"mejores cosas, como piscinas y ropa". Odiaban de igual manera a
Henry, el nuevo novio de su mamá.
Caroline
y Catherine eran mentirosas consumadas. Las chicas estaban tan desesperadas por
tener amigos, ser populares y disfrutar de más comodidades, que empezaron un
juego con sus compañeros. Ellas crearon un proyecto de clase titulado: “Cómo
matar a tu madre”. Y su proyecto de clase terminó siendo una broma que se
convertiría en realidad.
A
causa de su descontento, las hermanas empezaron a buscar en Internet la manera
de matar a su madre. Catherine y Caroline creían que eliminándola tendrían
derecho a cobrar su seguro de vida. Ya habían planificado que ese dinero lo
gastarían en un viaje a Europa con sus amigos, así como en comprar una casa
grande, con un patio lleno de marihuana. Sin imaginarse los macabros planes, la
mujer estaba ahorrando dinero para poder pagar la educación universitaria de
sus hijas.
Tras
consultar varias páginas, las hermanas decidieron ahogar a Anne Margaret,
porque creían que sería "rápido y espectacular". Después de formular
un plan de asesinato, Catherine y Caroline informaron a sus amigos sobre sus
planes. Pasaron largas horas conversando con ellos a través del chat de
Messenger, contándoles lo que planeaban hacer. Entre ellos estaban Troy
Fitzgerald y Alanna Snow, quienes luego testificarían en el juicio. Lejos de
escandalizarse o intentar disuadirlas, todos ellos las animaban y se rieron de
la idea de asesinar a Anne Margaret Karubin, festejando la ocurrencia. Ni uno
solo de todos los que se enteraron de la conspiración hizo algo para tratar de
salvar a la víctima; por el contrario, inclusive proporcionaron ayuda y
consejos para que el plan resultase.
Caroline
y Catherine querían matar a su madre la noche del sábado 11 de enero. Pero eso
molestó a sus amigos, aunque no porque fuera a cometerse un homicidio. Estaban
molestos porque si las chicas lo hacían, ellos no podrían irse de fiesta la
noche siguiente. Tendrían que fingir que estaban tristes, llorar e ir al
funeral y al sepelio. Habría que esperar al menos una semana antes de que
pudieran emborracharse de nuevo. Para no molestar a nadie, las hermanas
simplemente pospusieron el asesinato una semana.
El
sábado 18 de enero de 2003, durante la comida, Caroline y Catherine comenzaron
a darle vodka a su madre con el fin de que se emborrachase. Su plan era ponerla
completamente ebria para que ella no pudiera resistir su ataque.
Junto
con el licor, también le dieron analgésicos para disminuir el latido de su
corazón. Seis tabletas de Tylenol 3 fueron parte del mortal cocktail. Luego
esperaron a que los medicamentos y el vodka actuasen. Mientras esperaban, se
comunicaban en línea con sus amigos, uno de los cuales terminó su conversación
con la frase: "¡Buena suerte! Usen guantes".
Caroline
y Catherine Karubin llenaron la bañera con agua y llevaron a Anne Margaret al
baño. Ella tuvo dificultades para entrar en la bañera, debido a la mezcla de
vodka y pastillas que le habían dado. Después de ponerse los guantes, Caroline
y Catherine le dieron a su madre un masaje. En cuestión de minutos, Caroline le
indicó que se pusiera boca abajo para que pudiera frotar su espalda. Una vez
que Anne Margaret lo hizo, Caroline oprimió la cabeza de su madre hacia abajo,
colocándola bajo el agua y no la soltó. Anne Margaret intentó oponerse, pero
estaba demasiado sedada y casi no tenía fuerza. Caroline diría tiempo después
que era físicamente dificultoso empujar la cabeza de su víctima bajo el agua y
mantenerla en esa posición, pero que no era emocionalmente difícil. La tuvo
allí durante cuatro minutos, al término de los cuáles alzó la cabeza de su
madre y se dio cuenta de que ya estaba muerta.
Después
de haber matado a su progenitora, Caroline y Catherine se fueron con sus amigos
y sus novios a un restaurante cercano, "Jack Astor’s", donde
celebraron su victoria. Más tarde. regresaron a su casa y llamaron al servicio
de emergencia, informando entre sollozos desesperados que habían encontrado a
su madre ahogada en la bañera.
El
operador les dijo que la sacasen de la tina y le practicaran resucitación
cardiopulmonar. Las hermanas seguían llorando por teléfono y le indicaron al
operador que Anne Margaret no había podido ser resucitada. Cuando la policía
llegó, creyeron firmemente en la versión de Caroline y Catherine.
Una
amiga suya conocida como Ashley diría que el asesinato no parecía real, hasta
que fue a la funeraria y vio a la víctima tumbada en un ataúd abierto.
"Fue tan espeluznante. En realidad, no habría ninguna Anne Margaret
Karubin alrededor otra vez. Éramos niños, pero todos inteligentes. Sabíamos lo
que estaba pasando. No éramos adolescentes indefensos. Todos nosotros podríamos
haber tomado un teléfono y denunciar el hecho. El caso es que no lo hicimos”.
El
padre de las chicas se llevó a sus tres hijos a vivir con él. Un año después
del asesinato, Caroline y Catherine celebraron una fiesta. Caroline, que estaba
borracha, le dio a un hombre en la fiesta varios detalles sobre el asesinato de
Anne Margaret y le presumió que ella y Catherine lo habían cometido. El hombre
fue a la policía para denunciar lo que le habían dicho.
Caroline
y Catherine Karubin fueron detenidas. El escritor y periodista Robert Mitchell
recordaría tiempo después: “Dentro de la sala del Tribunal, dos chicas estaban
de pie en la celda de los prisioneros, vestidas con pijama. Era una visión
increíble. Me dije a mí mismo: ‘¿Por qué los policías no dejaron que se
vistieran? ¿Qué estaba pasando en el mundo? ¿La policía realmente pensaba que
esas niñas habían asesinado a su propia madre? La policía había cometido un
terrible error. ¿Por qué ni siquiera les permitían a estas pobres niñas
traumadas que llevasen sus osos de peluche con ellas a los Tribunales? Luego me
enteré de que en realidad se negaron a vestirse. Preferían ir luciendo sus pijamas.
Yo estaba en el juzgado Brampton esperando por otro caso cuando uno de los
oficiales de la Corte me llevó aparte. Me preguntó si yo estaba allí por las
dos chicas que acababan de ser detenidas por el asesinato de su madre, un año
después de su muerte. Fue impresionante. Yo nunca había oído hablar del caso.
La policía nunca emitió un comunicado de prensa al respecto. Unos minutos más
tarde, un abogado de la defensa, que me reconoció, se acercó a mí y dijo:
"Oh, supongo que estás aquí por ‘Las Chicas de la Bañera’ ('Bathtub
Girls'). Era un sobrenombre que con el tiempo se quedó con ellas. Después de su
breve aparición en la corte, su abogado salió y dio una declaración. Dijo que
el caso era simple. ‘Su madre se emborrachó. Tomó un baño. Y se ahogó. Caso cerrado’.
Sabía en ese mismo momento que iba a ser un caso interesante y empecé a pensar
que habría un libro y una película sobre ello en alguna parte”.
Después
de su arresto, la policía incautó una computadora y un experto en crímenes de
alta tecnología fue capaz de recuperar los chats que mostraban hasta qué punto
la planificación fue parte del asesinato. Las palabras intercambiadas entre
estas dos chicas y sus amigos a través de Internet y MSN eran absolutamente
escalofriantes. Sus conversaciones estaban salpicadas de emoticonos con caras
felices y la frase “LOL” de la risa en voz alta. Estos chats fueron utilizados
por los fiscales de la Corona, Brian McGuire y Mike Cantlon, durante el juicio.
Cantlon incluso describió una de las charlas entre Catherine y su amigo Justin
como el equivalente a escuchar a un mafioso planeando un asesinato.
El
juicio comenzó en noviembre de 2005 y duró ocho semanas. Para los asistentes,
lo más terrible era que esas niñas o sus amigos no eran miembros de una
pandilla. Eran estudiantes de honor, que decidieron convertirse en asesinos
para encajar con los chicos populares en la escuela. El aspecto más llamativo
del asesinato era que todos sus amigos académicamente superdotados no sólo no
hicieron nada para detenerlas, sino que las animaron y les ofrecieron asesoría
sobre la mejor forma de asesinar a su madre. Era un proyecto estudiantil.
Un
psiquiatra dijo sobre el caso, que nunca vio ni un ápice de resistencia por
parte de nadie. Sus amigos cercanos sabían que se iba a cometer un asesinato
real. Estaban enterados de cuándo y cómo iba a tener lugar. Todos las apoyaron
el proyecto con consejos e ideas sobre cómo deberían hacerlo para salirse con
la suya. Ninguno tenía antecedentes penales y nunca había tenido problemas con
la ley, pero eran displicentes sobre el asesinato. Uno de sus amigos, que sabía
sobre el crimen desde antes, testificaría que el crimen equivalía a estar
"viendo una película emocionante".
El
juez Bruce Duncan diría al final que las chicas habían intentado cometer el
crimen perfecto y casi se habían salido con la suya. Si Caroline no hubiese
presumido de su crimen, nadie se habría enterado. “Hubo una total indiferencia
de sus amigos cercanos y de muchos otros. Es como si la conciencia, la moral y
la compasión, faltasen entre todo un grupo de adolescentes”, afirmó.
Las
dos hermanas fueron condenadas a diez años de prisión. El padre de las niñas,
sin éxito, intentó que Catherine cumpliera su condena bajo arresto domiciliario
en su ciudad natal. Pasaron en prisión poco más de cuatro años. Caroline fue
puesta en libertad en 2009, mientras que Catherine fue liberada un año después,
en 2010.
Dado
que ambas eran menores de 18 años en el momento del asesinato, sus identidades
fueron protegidas bajo las leyes canadienses. Por orden del gobierno de Canadá,
los nombres de las asesinas y de la víctima fueron cambiados. Anne Margaret
Karubin se convirtió en “Linda Andersen”, Caroline Karubin en “Sandra Andersen”
y Catherine Karubin en “Elizabeth ‘Beth’ Andersen”.
La
distorsión llegó a tal nivel que se alteraron y borraron los registros y actas
oficiales de los procesos legales, se censuraron las tomas de los noticiarios y
las notas de prensa, se escondieron fotografías, se eliminaron los registros de
Internet y se alteró la información sobre el caso, creando una ficha falsa en
Wikipedia. Todo el poder del gobierno canadiense se volcó en proteger a las
asesinas y darles una nueva vida, brindándoles casa, dinero, oportunidades
escolares y laborales. Un estado más preocupado en cuidar de los asesinos que
de las víctimas, con el dinero de los impuestos de sus ciudadanos.
Después
de su liberación, Caroline Karubin fue aceptada en la Universidad de Waterloo
con una beca de $2,000 dólares, proporcionada por el empresario Andreas
Cordsen.
Estudió
Ciencias de la Tierra con especialización en Geofísica. Muy pocos en la escuela
sabían de su pasado.
Por
su parte, Catherine Karubin viajó a Ottawa con la intención de presentarse a la
universidad. Estudió allí la carrera de
Derecho y años después se casó con Matthew Sleightholm, cambiando su apellido
por el de su esposo. Tuvieron un hijo llamado Thomas Sleightholm.
Caroline
Karubin se dedicó a hablar de su pasión por las rocas. El viernes 7 de marzo de
2014, dio una charla titulada "Historical Mineral Exploration: Ancient
Egypt". Después hubo una cena con ella en el Hotel Heuther.
El
caso del asesinato de Anne Margaret Karubin fue incluido en la serie de
televisión Deadly Women en 2010; los nombres reales no se mencionaron. En 2014,
se estrenó la película Hermanas perfectas (Perfect sisters), que retoma el
caso, pero otra vez cambia los nombres de las asesinas y además inventa la
justificación de que Henry, el novio de su madre, abusaba sexualmente de ellas,
lo cual es falso y que según el director de la película, es un recurso
narrativo para tratar de darles un motivo de peso para el crimen.
El
matricidio también fue el tema del libro de Robert “Bob” Mitchell El Proyecto
de Clase: Cómo matar a una madre. La verdadera historia de ‘Las Chicas de la
Bañera’ de Canadá. El periodista, sin embargo, alteró los nombres de las
asesinas y se negó a incluir cualquier fotografía que pudiera revelar su
identidad. De esta manera, la impunidad otra vez se vio reforzada.
Anne
Margaret Karubin fue enterrada en el Assumption Cemetery de Mississauga,
Sección 7, Zona 3A, Tumba 54, en una tumba solitaria. Pese al tiempo
transcurrido desde su cruel asesinato, su pareja, Henry, nunca dejó de llevarle
flores.
I don't believe in murder, but I honestly believe these children were abused and neglected by there mother. I believe that she had several men around the girls and who knows what happened to them. I believe they in there fragile minds thought there was no way out. Maybe why no one came forward is because they saw pieces of how they were treated.
ResponderEliminarCatherine Karubin and Caroline J. Karubin kill their own MOTHER, they deserve the dead penalty, only time will tell when or where.
ResponderEliminarComo quisiera ver el verdadero rostro de estas chicas.
ResponderEliminarAhí están las fotos reales, la primera foto es del episodio
EliminarLa verdad hasta la peli es escalofriante
ResponderEliminarMe da mucha bronca es de lo peor
Justo con su madre ? Por q no esperar a que la otra hermana pudiera emanciparse
Serian libres
Los padres le darían una pensión ...
Leyes son leyes
Pero semejante maldad ?,😤
Me vez de ayudarla
No se si hubiese estado en su lugar la habria ayudado de mil maneras de ser necesario
Y pensar que hay niños que lloran por ser huérfanos 😖😖