Domingo, 01 de Junio de 2008
MCALLEN, TX.- Un juez de la Corte municipal de McAllen fincó ayer una fianza de un millón de dólares para Angélica María Gutiérrez Acosta, la desnaturalizada madre reynosense que confesó haber asesinado a puñaladas su hija de tan sólo 15 días de nacida.
La madre de 19 años fue presentada ante los tribunales para enfrentar los cargos por homicidio capital al ser acusada de dar muerte a su hija Gabriela Yamileth Corona, a quien apuñaló en mas de una ocasión y ocultó su cadáver arrojándolo en el estacionamiento de una bodega de ropa, fingiendo después que su bebé había sido secuestrada.
La joven acusó a un hombrea de haberle robado a su bebé cuando ella se encontraba en la clínica de Mujeres y Niños en donde fue atendida de su embarazo.
El juez de paz, Charlie Ochoa, fue el encargado de leerle los cargos en inglés y español para imponerle la fianza de un millón de dólares, destacando que de ser hallada culpable pudiera enfrentar desde cinco años de cárcel hasta cadena perpetua e incluso la pena de muerte pues el código penal del estado de Texas prevé la pena capital a las personas que sean halladas culpables del homicidio de un menor.
Hasta ayer, la policía no había revelado los motivos aparentes del crimen.
De manera oficial se dio a conocer cómo fue que sucedieron los hechos el pasado jueves 29 de mayo, destacando que apenas corrían unos cuantos minutos después de las 11:00 de la mañana cuando se recibió una llamada en el Departamento de Policía local, en la que Gutiérrez denunciaba el secuestro de su hija a las afueras de las oficinas del WIC en McAllen, las cuales se localizan en el 220 de la calle Bicentennial.
La mujer dijo que un sujeto con una playera de color blanco y un pantalón negro le había intentado robar la bolsa y al no conseguirlo le había arrebatado a su hija.
Con esta información las autoridades dieron inicio a una intensa movilización por tierra y aire con apoyo de helicópteros para tratar de ubicar al secuestrador y a la menor.
Alrededor de las 11:32 de la mañana, un oficial del Departamento de Policía localizó a la menor tirada entre unos matorrales en el estacionamiento de una bodega de ropa localizado en la cuadra 200, al sur de la calle 20.
El oficial se percató que la menor no respiraba ni tenía pulso y de inmediato solicitó el apoyo de los servicios de emergencia para que la revisaran, pero cuando estos llegaron sólo pudieron constatar que la menor ya había muerto.
Luego del hallazgo del cuerpo de la menor, la madre fue llevada al Departamento de Policía para ser interrogada y durante proceso el agente encargado de tomar su declaración se percató de varias inconsistencias en su versión de los hechos destacando que pudo apreciar en la ropa de la mujer salpicaduras de sangre por lo que éste insistió en cuestionarla hasta que la mujer aceptó haber apuñalado a su pequeña e indefensa hija.
Según consta en documentos oficiales de la policía, la sospechosa firmó una confesión donde señala que ella tomó a la menor y la llevó al lugar donde fue localizada y la apuñaló en más de una ocasión con un cuchillo de cocina, señalando que la misma Angélica fue llevada al lugar de los hechos para señalar cómo habían ocurrido las cosas y revelar dónde había tirado el arma homicida, la cual fue localizada llena de sangre.
Se dijo además que el resultado preliminar de la autopsia realizada al cuerpo de la pequeña revela varias puñaladas en el pecho y el cuello de la menor.
Angélica fue transportada a la cárcel del condado donde esperará el juicio en su contra señalando que durante el proceso se llevarán a cabo exámenes para constatar la salud mental de la detenida.
Por último el sargento Joel Morales, vocero del Departamento de Policía local destacó que la investigación continúa y que de momento no se tienen más sospechosos en este homicidio.
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