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9 jun 2022

¿Por qué nace The Woman who Kill?

Hace ya más de 18 años, vi por primera vez un programa de tv llamado "Autopsia" ( No recuerdo si fue en Discovery o HBO), cuyo "host" era el Dr. Michael Baden (Señorón e ídolo personal, mis totales respetos) patólogo forense de la ciudad de Nueva York, quizá suene exagerado, pero mi vida se abrió a otro panorama, para mí fue un shock saber que, con un pedazo de un cuerpo humano, los patólogos forenses sabían el sexo, edad, altura, raza y hasta la manera en que fue asesinada la persona, además de que en ese episodio, hablaron de algunos asesinos seriales, lo primero que dije fue: WOW, yo quiero hacer eso de mi vida, pero las circunstancias, la flojera y la falta de interés en TODO, me llevo por otro camino y aunque estoy arrepentida de muchas decisiones estúpidas (escolares), solo pude hacerme "fan" del tema. Empecé a leer mucho sobre medicina forense, asesinos seriales, psicología criminal, etc, (aunque no entendiera ni la mitad de las cosas por el lenguaje tan especifico que se maneja en los libros) me era realmente curioso saber que había gente que por "X" cosa, asesinaba, mutilaba, torturaba a otra persona y no llegaba a tener arrepentimiento alguno. ¿Cómo es posible que este tipo de personas despierte una fascinación al grado del escándalo en millones de personas? ¿Qué tienen los asesinos seriales que algunas personas hasta llegan a imitarlos? ¿Será que son el reflejo de lo que tenemos en lo más recóndito de nuestro subconsciente y no nos atrevemos a hacer? Respondiendo a la última pregunta, al menos yo no me veo envenenando por largo tiempo a una persona solo por venganza.

El primer acercamiento al tema que nos concierne o sea el de las mujeres que matan al que tuve acceso fue la historia de Elizabeth Bathory, por otro lado, uno de los caso más "famosos" que leí y llamo mi atención fue el de Aileen Wuornos, en sí me "saco de onda" ya que son muy pocas las asesinas seriales y esta se desquito con sus víctimas (no es justificación, claro está). Recuerdo la noticia que dieron en Tv cuando Aileen terminaba su estancia en el corredor de la muerte y era ejecutada en Florida, Estados Unidos, también recuerdo muy bien cuando dieron la noticia de que la asesina Myra Hindley murió en su celda en Inglaterra el 15 de Noviembre del 2002. Internet me ha dado miles de horas para leer sobre el tema, cada día encontraba casos, páginas dedicadas al tema (como la extinta página Archivo del Crimen, que la autora y dueña del sitio era la Criminóloga Española Pilar Abeijon), así como páginas de fans idolatrando a todos los asesinos seriales y claro, escuchar a la banda de Death Metal, Macabre.

Algunos años después, me entere sobre el libro llamado Mujeres Asesinas de un tal Richard Glyn Jones,  lo busque en libros usados, nuevos, cadenas tipo Sanborns, en la red para leerlo y pues nada que lo encuentro (y sigo buscándolo, si alguien lo tiene no me enojaría que me lo regalaran jaja). Tiempo después, vi otro libro, (sí el más famoso y comercial), el  de la periodista argentina Marisa Grinstein "Mujeres asesinas", y luego supe lo de la serie tanto Argentina, como el estreno de la versión Mexicana, (Ya después me entere de las versiones Colombiana, Española, Ecuatoriana e Italiana), me pareció un tanto interesante el que se haya conjuntado en un libro casos de puras mujeres que matan. Debo ser honesta, el texto de Marisa Grinstein lo baje de la red (¡Gracias Internet!) y después compre el libro (me gusta tener los libros en formato original y no solo en pdf…. Cuando me gustan y los encuentro), ¿Qué puedo decir? La verdad el libro es un "asco" así como la serie, vayámonos por partes, diría Jack el destripador, no es que sea "horroroso" en el sentido de que este mal escrito, sino que, no entiendo ese afán de hacer quedar a las mujeres como "víctimas" y que "no les queda otra salida", además de que odio el toque dramático y tele novelesco que le dieron (al libro y a la serie), como para justificar y suavizar los casos expuestos en el libro. Las cosas deberían de ser crudas, como realmente pasaron. Existen otros libros que me interesan leer, Ellas Matan Mejor de Francisco Pérez Abellan (Criminólogo Español a quien también admiro mucho). Básicamente, este blog nació en "respuesta" a todos aquellos casos "suavizados" donde las mujeres quedan como casi mártires, "Es que el marido la golpeaba y la trataba mal" .. ¿Y por eso lo enveneno durante 3 años hasta verlo morir? Nada que víctimas, eso es venganza de alguien que es tremendamente calculador.

La historia, menciona a un puñado de mujeres que cometieron crímenes atroces,  la mayoría de las mujeres asesinas son metódicas, calculadoras, frías, letales y nada tienen de "victimas", solo basta con leer, ver e investigar sobre el asunto, muchas utilizan el veneno para cometer sus crímenes, sobre todo para asesinar a sus maridos por dinero o venganza. El Criminólogo forense (e ídolo personal) Robert K. Ressler creador del término de "asesino serial" ( y utilizado por primera vez en el caso de Ted Bundy), el Sr. Ressler parte desde Jack The Ripper y lo cataloga "el primer asesino serial de la historia moderna de los asesinos seriales", quien tenía en 1888 a todo Londres aterrado y a la policía buscando pistas como locos por todos lados desde la primera víctima, pero mucho antes de eso, entre 1880 y 1883, en Holanda, Maria Catherina Swanenburg asesino a 27 niños envenenándolos e intento envenenar a otros 50, aparte de asesinar a sus padres, con el mismo método y todo por un fin económico, en este ejemplo, nos queda claro que ni víctima ni nada, María lo hizo con la idea muy clara, ella siguió un patrón y las víctimas tenían similitudes entre sí, salvo sus padres.

Partiendo de este caso, nos queda claro que el veneno es el método más utilizado por las asesinas a todas se les atribuye el sobre nombre de "viudas negras", hay miles de casos de viudas negras en todo el mundo, desde el país más rico hasta el más pobre, Mary Ann Cotton asesino a sus cuatro esposos, once hijos y dos amantes, con veneno  mucho antes que lo hiciera Maria Catherina Swanenburg con los 27 niños que menciono anteriormente, un caso muy sonado fue el de la noruega Belle Gunnes, que desde 1900 ya estaba asesinando maridos, para cobrar el seguro de vida, Belle asesino a 4 maridos en Estados Unidos.  En 1920, (hasta donde mis conocimientos sobre el tema llegan), el primer caso de un grupo de 50 mujeres llamadas Las Fabricantes de Ángeles de Nagyrév, se "unieron" para asesinar a sus maridos, parientes y cuanta persona se les cruzaba en el camino, solo 8 de ellas fueron ejecutadas y expuestos sus cadáveres al público en Nagyrév, Hungria, podría enumerar cientos de nombres como Judi Buenoano, Pilar Prades Santamaría, Marie Besnard, Francisca Ballesteros, Yiya Murano (Es muy extraño que la hayan detenido el 27 de Abril de 1979 y en la calle México, allá en Buenos Aires, Argentina, Jaja es el día de mi nacimiento y soy Mexicana, Grande eres Yiya), Leonarda Cianciulli, Nannie Doss, Elfriede Blauensteiner, y la Reina del Veneno Lydia Sherman, si bien Kathryn Schoonover no logro su fin, esta mujer pudo haber sido la asesina serial más prolífica de la historia, al enviar bolsitas con cianuro por correo diciendo que eran "polvos milagrosos para adelgazar", sí, en su mayoría lo hacen por dinero, pero otras tantas ¿Lo harán por diversión? No creo que alguna lo haya hecho para " saber que se siente asesinar a alguien" ¿O sí?

Un cierto número de personas, vociferan que, los asesinatos sobre las parejas, son el "resultado" de la violencia que se ejerce sobre el género (cosa que sigo sin entender y sin creer,  cuando muchas aceptan que asesinaron a los maridos por los seguros, otras por irse con el amante, etc.), por otro lado tenemos a muchísimas más personas que simplemente NO pueden creer que una mujer, que es capaz de dar vida, le quite la vida a otra persona, y más si son sus hijos, no sé, quizá sea esa ridícula idea de que "un hijo es lo mejor que te puede pasar en la vida", y no por favor, no me salgan con estupideces tan retrogradas como "el negar la maternidad, es negar la femineidad", simplemente existimos mujeres que ni nacimos para ser madres y tenemos otras prioridades en la vida, y otras, la verdad no merecen serlo y mucho menos sin son capaces de "enfermar" a sus hijos con tal de llamar la atención, como las mujeres que padecen el Síndrome de Münchhausen por poderes. No se trata de "amores frustrados", ni de "una infancia caótica" y argumentos tan ridículos como " las madres que matan, necesitaron borrar las huellas de un amor perdido", no me hagan reír, las madres asesinas son egoístas, calculadoras y frías, otras lo hacen para "deshacerse" del estorbo (¿Verdad  Diana Downs y Claudia Mijangos?) y en muchos casos, solo por "darle en la torre" a la pareja, se aferran a la idea de que con eso los destruyen solo a ellos ¿Qué culpa tienen los niños de los problemas personales y de pareja?, nada justifica a personas como, Francisca González Navarro, Theresa Knorr, Andrea Yates (Y no, el marido no debe ser investigado, ni mucho menos salgan con argumentos estúpidos de que "está mal de la cabeza", Andrea sabe la diferencia entre el bien y el mal, y eso es más que suficiente) Susan Smith, Waneta Hoyt, Christina Marie Riggs, Marybeth Tinning, Elvira Cruz Luz y Diana Lumbrera, saben lo que hicieron y todavía tienen el descaro de llorar, decir que "no saben lo que estaban haciendo", que "lo hicieron porque no encontraron otra salida" y que están arrepentidas. Sí como no.

Algunas personas podrán decir que las mujeres NO somos tan "violentas" como los hombres, error señores, las mujeres podemos ser más violentas y letales que los hombres, si se basan en que las mujeres no matan a "golpes", algunas lo hacen con armas blancas (Lizzie Borden, Rosa Caviedes, Katherine Knight está ultima  apuñalo a su marido 37 veces), solo algunas llegan a descuartizar un cadáver y otras pocas con armas de fuego, muy aparte de que no hay muchas asesinas seriales tal cuales reglas o estatutos se manejan dentro de la criminología, la mayoría de casos expuestos en este blog, son de los millones de casos que salen a la luz día a día en cada rincón del planeta, que van desde niñas de 9 años hasta ancianas de más de 70 años, casos como los de Aileen Wuornos, Klara Mauerová, Beverly Gail Allitt, Gertrude Baniszweski, Kristen Gilbert, Dagmar Johanne Amalie Overbye, Mary Flora Bell, Sanna Sillanpää, Trinidad Ruíz Mares, Emilia Basil, Sara Aldrete,  Rose Lets, Brenda Ann Spencer, Pauline Parker y Juliet Hulme, Enriqueta Martí Ripollés, Karla Homolka, Jeanne Weber, Marie Fikáčková, hasta las Poquianchis (que dicho sea de paso, ni son asesinas seriales ni nada de eso, las Hermanas González Valenzuela solo son criminales que se dedicaban a la trata de blancas, porque a contrario de lo que la gente cree, las 4 hermanas jamás se mancharon las manos de sangre, y pues sí, son las "autoras intelectuales", para eso tenían personas que les hacían los trabajos) Griselda Blanco (La Reina de la coca, quien fue una despiadada y letal criminal), Dorothea Puente, Helen Golay y Olga Rutterschmidt, Charlene Gallego, Valerie Page Parashumti y Jessica Ellen Stasinowsky y un sinfín de etc.

No sé si la gente se escandaliza más por una mujer que asesina a sus hijos o niñas menos de 12 años que asesinan personas, un ejemplo claro sería el caso de Mary Flora Bell que a sus 11 años ya había asesinado a 2 pequeños de 3 y 4 años, Pilar Paredes que asesino a sus hermanos a la edad de 9 años, Natsumi Tsuji de 11 años, le corto la garganta a una de sus compañeras y si le seguimos, podríamos encontrar a niñas más pequeñas haciendo cosas de este tipo.


Tenemos de 3 sopas, las Viudas Negras, las "Medeas" (que son la mayoría) y el resto, las que asesinan con armas, atropellando a sus maridos, sinceramente no he leído que ninguna haya electrocutado a alguna víctima,  muy pocas son Caníbales (aunque no creo que lo hagan por "saber a qué sabe la carne humana", más bien siento que no se les ocurrió otra forma de deshacerse del cadáver) y cientos de leyendas, que si Trinidad Ruíz Mares realmente vendió tamales hechos con la carne de su ex pareja, a diferencia de Emilia Basil que sí hizo empanadas a su ex amante allá en Buenos Aires y las vendió en su pequeño restaurante de barrio,  es algo complicado llegar a entender, de manera neutral los porqués de que estas mujeres llegaron al límite y algunas se desquitaron con los críos, maridos y personas que no les hicieron nada. Algunas lo hicieron por desesperación, pero era más fácil mandar todo al carajo, o al menos así lo veo yo. Las mujeres asesinas, siempre estarán en la mira de todos, algunos seguirán insistiendo que son unas pobres victimas circunstanciales aunque cada vez los asesinatos, sean más brutales.  

11 oct 2012

Elizabeth Catherine Bush



Elizabeth tenía 14 años cuando le disparo a Kim de 13 años, en una escuela catolica en Estados unidos, tenia colgados carteles de la Madre Teresa y Martin Luther King Jr. en su habitación. Ella pensó que tal vez se convertiría en una monja de un día. Pero en vez de terminar la escuela secundaria, se enfrenta ahora a pasar el resto de su adolescencia encerrada en un centro de menores. 

 El 7 de marzo, Bush entró en la cafetería de la escuela con la pistola de su padre y comenzó a disparar. "Hubo una parte profunda de mí que acaba de estallar," Bush dice Connie Chung en una entrevista de 20/20, "No soy normalmente así." 

Su única víctima tenía 13 años de edad, Kimberly Marchese, quien recibió un disparo en el hombro. A pesar de que será un largo tiempo antes de vuelva a tener uso pleno uso de su brazo otra vez, ella dice que no le dolía cuando su compañera de clase le disparó. "Era como el brazo de una persona muerta unido a mí", recuerda. 

Durante años, ella dejó un rastro de pistas, pero sus padres, maestros, consejeros y amigos no se recuperó en los signos de advertencia. Bush se crió en una familia amorosa y no tenía antecedentes de violencia. 

Niña introvertida, profundamente religiosa era, de hecho, extraordinariamente cariñosa. "Solíamos decir sí lo afortunados que éramos de tener un hija con tan buen corazón", dice el padre de Bush. La depresión insoportable Bush era claramente diferente de los otros niños. 

Era una inconformista y cuando entró en la escuela secundaria, comenzaron a burlarse de ella. Ella se entro en depresión y frecuentemente faltaba a la escuela sin el conocimiento de sus padres. A medida que su depresión empeoró, ella se empezó a cortar con una cuchilla de afeitar y el suicidio a menudo lo tebía contemplado. 

Cada vez más preocupados, sus padres la transfieren a Neuman High School, una escuela parroquial pequeña. Fue el azar de Bush para un nuevo comienzo. Los registros escolares indican Bush estaba "deprimida", y era "retirada" y "muy a la defensiva si alguien se acerca demasiado." 

Los maestros, dijeron que estaba "paranoica y se sentía perseguida." Y las burlas continuaron. Marchese, quien fue una de los pocas amigas de Bush, dice: "Me decían que era como un bicho raro o extraño que era que estaba en mal estado." 

15 jul 2012

Jack...El destripador, ¿Era mujer?


Elisabeth Williams, el rostro de la sospechosa

Esta es la fotografía real de Lizzie Williams, la supuesta destripadora, según el libro Jack el Destripador, la mano de una mujer.

Recuerdo la desapacible mañana de febrero de 2006 en que logré contactar, después de una ardua labor de localización, con el genetista australiano Ian Findlay. En Quo 126, iba a publicar un dossier titulado A buenas horas donde contaba varios crímenes de la historia resueltos ahora gracias a las nuevas técnicas forenses. Yo había leído que Findlay tenía el encargo de extraer muestras de saliva de los sellos que había estampados en las cartas que Scotland Yard recibió en nombre de Jack el Destripador.

En aquellos terribles días de 1888, la policía británica puso especial interés en una misiva que portaba una trenza de pelo que decía ser de Catherine Eddowes, una de las víctimas de la bestia humana que aterrorizó al barrio de Whitechapel, insultantemente cerca de la seguridad y el confort del Palacio de Buckingham. Findlay también iba a cotejar la información genética que hubiera en el pelo con análisis de descendientes actuales de Eddowes. Me contó entristecido que había fallado en ambos casos: en el de la saliva, porque las muestras no eran suficientemente grandes; y en el del pelo, porque “ni siquiera era cabello humano”.

Caso reabierto, polémica encendida.
Junio de 2012. Leo que un abogado inglés retirado ha retomado la investigación y está empeñado ahora en demostrar que la obra horrenda de Jack el Destripador fue realmente la de una mujer, Elisabeth Williams.

Ese abogado, John Morris, acaba de publicar Jack el Destripador, la mano de una mujer (en inglés, ed. Seren Books), y ¿a quién ha contratado para corroborar su teoría de que en realidad se trató de una asesina? Al propio Ian Findlay. De nuevo, el genetista es difícil de encontrar. Ha cambiado de trabajo y ahora investiga en el Southbank Institute of Technology (South Brisbane, Australia), pero su email está ilocalizable y la diferencia horaria no ayuda mucho a telefonearle.

Le lanzo varios cebos por la red y, mientras, logro contactar por medio de la editorial con el autor del libro de mayor revuelo de los últimos meses en Reino Unido. Morris ha osado entrar en la especie de “religión” que ya es para muchos el ripperismo (por Jack the Ripper, que es como se dice en inglés) con una teoría que raja de arriba abajo dos partes vitales en el cuerpo de creencias asumidas por los investigadores y expertos que le han precedido.

Uno, el dato de que el sospechoso era una mujer, que ya es bastante revolucionario porque solo hay otra mujer entre las decenas de sospechosos “históricos”; y dos, el método de utilizar elementos probatorios que no provienen directamente de la época. Hasta ahora, criminólogos, escritores, expolicías y hasta el FBI se han basado en testimonios, interrogatorios, despojos, pistas y cartas –Scotland Yard recibió decenas y solo una se da por creíble– recolectadas en aquel sucio Londres victoriano.

John Morris, sin desdeñar todo ello, ha añadido un enfoque totalmente nuevo: ha repasado casos de asesinos de los siglos XX y XXI que han destripado a sus víctimas y, entre ellos, ha puesto especial atención en aquellos donde se habían producido extracciones de úteros, como fue el caso de las víctimas de Jack. “He analizado 30 crímenes, el último en enero de este año, en los que a las mujeres asesinadas se les había extraído el útero, o se había intentado”, me cuenta por correo electrónico, “y en todos ellos las agresoras eran otras mujeres”.

Y aclara: “A tres de sus víctimas, Annie Chapman, Catherine Eddowes y Mary Kelly, se les extrajo el útero, mientras Polly Nichols presentaba síntomas de haber sufrido otro intento”. Y muy importante para su teoría de la mujer destripadora: no había signos de abusos sexuales, la violación no era el móvil de esa carnicería. Lo dijo ya en 1888 el juez de instrucción Wynne Edwin Baxter, quien coordinaba la investigación: “El útero es el objeto que el asesino deseaba poseer”.

Lizzie, la esposa estéril
En pleno intercambio de correos con Morris, Ian Findlay asoma por el buzón: “Hola, me dicen que me estás buscando”. ¡Bingo! Pero para preguntarle con precisión tengo que terminar de coser la teoría del autor del libro. Según su idea, Elisabeth (Lizzie) Williams, esposa del cirujano sir John Williams –a la sazón, otro de los muchos sospechosos– estaba amargada porque no lograban concebir “y en aquella época siempre se daba por sentado que el problema era de la mujer”, puntualiza. John Morris leyó la biografía del marido, a cargo de Ruth Evans, y halló que “Williams era el único hijo casado de la familia y, por lo tanto, el único abocado a dar un heredero. Y estaba triste por no lograrlo, así que mantengo que el matrimonio tenía problemas a cuenta de esa cuestión”.

Pero algo no me cuadra y, aun a riesgo de enfadarle, le interrogo: el mero hecho de que Lizzie fuera esposa de un cirujano no significa que ella supiera seccionar cuerpos, ¿no? “Es que nadie ha demostrado que el Destripador tuviera conocimientos más allá de los que uno pueda adquirir viendo a alguien trabajar como cirujano”, responde muy seguro. “Y bien podría ser que él le hubiera mostrado sus habilidades en algún momento; pero reconozco que no hay pruebas de ello”, remata el escritor. Así que, hasta aquí, los elementos de la teoría de Morris parecen subjetivos: una mujer que supuestamente odia a quienes sí pueden ser madres, y que puede haber tenido conocimientos de cirugía; todo ello, apoyado en la similitud con varios crímenes actuales.

Pruebas tangibles

Pero el autor del libro partía de indicios reales: “A Mary Kelly la mataron en su casa. En su chimenea encontraron restos de una falda de algodón, una capa y un sombrero. El inspector Frederick Abberline creyó entonces que el asesino se valió de las llamas” para iluminar mejor los trabajos de desmembramiento. Y era ropa que Kelly nunca había llevado, porque la prostituta ni siquiera tenía sombrero. Otro detalle que muchos hoy siguen pasando por alto es que, junto al cuerpo de Catherine Eddowes aparecieron tres botones ensangrentados de un botín de mujer.

Así que abro ese correo electrónico pendiente y le pregunto a Ian Findlay: ¿el ADN de la saliva del sello es de una mujer? “Sí, era ADN de mujer”. Se levanta la sesión.

*Tomado de la Revista QUO, España