19 ago 2018

Amanda Lewis




Que su madre fuera a la cárcel o no dependía del pequeño A.J, quien con su testimonio tenía la libertad de su madre en sus manos. El pequeño de 7 años fue testigo del trágico caso que dividió a su familia.
Después de seis meses de no ver a su madre, la volvió a ver en el juicio, en principio no la reconoció, después de esto soltó el llanto. Lo mismo le ocurrió a Amanda, quien entre llanto gritaba: "Le pedí a mi abogado que parara por favor, Por favor, deja esto".

"Estaba muy tranquila, muy tranquila", dijo Lewis. "Amé mi vida". Su hija, Lewis dijo, era una niña que buscaba mucho su atención. "Era una niña feliz, muy extrovertida, muy hiper ... Ella se parecía a mí, actuaba como yo, era testaruda como yo", dijo. "Ella era como mi sombra ambulante".

A.J. Era el niño más tranquilo y relajado. "Estaba tranquilo", dijo Lewis. "Podría sentarse en la esquina y jugar con su auto y estar contento y feliz".

En 2008, Lewis tuvo que dejar a sus hijos solos por las noches porque entró a trabajar como enfermera. Y para evitar accidentes mientras no estaba en casa les hizo una serie de recomendaciones de no acercarse a la piscina que se encontraba en el patio.

¨Les dije que no podíamos utilizar la piscina hoy, pero ellos querían salir unos minutos mientras yo dejaba todo listo para irme¨, declaró Amanda

En el patio había una piscina de 4 pies de profundidad, pero no podían entrar a ella sin la supervisión de un adulto o por medio de una escalera que estaba encerrada en el cobertizo.

De pronto A.J. Gritó "Mamá, Adriana está en la piscina, al principio pensé que quería decir que estaba junto a la piscina y le dije, 'OK, bueno, dile que entre'"

Minutos después Lewis salió a buscar a la pequeña y encontró al pequeño rastrillando el agua como si estuviera tratando de agarrarla... "Salí corriendo de la casa", dijo. "Cuando llegué a la piscina ... estaba boca abajo ... estaba muy morada, muy azul".

Lewis dijo que empezó a dar Adriana CPR y llamó al 911. La pequeña Adriana fue trasladada al hospital más cercano. La doctora que se encontraba en emergencias, Linda Fox, comentó que ella y otros médicos trataron de salvarle la vida a la niña, lograron recuperar su pulso pero este no le duró. La pequeña Adriana fue declarada muerta a las 5:05 p.m.

Hasta aquí todo parecía normal, apuntaba a un accidente en el hogar que tuvo un fatal desenlace.
Días después, el pequeño empezó a hacer unos extraños dibujos en los que aparecía su hermana dentro de la piscina y su madre, ahogándola.

Al principio las autoridades pensaron que la muerte de Adriana fue accidente, pero algo no andaba bien, la niña media 1.20 m y la piscina solamente tenía 80 centímetros de profundidad.

Fue el pequeño A.J. Quien dio declaraciones desgarradoras ante el juez, al decir que su hermana no se ahogó por accidente, y que fue su propia madre quien en un arranque de locura la sumergió en la piscina.
Además, algunos testigos dijeron que la pequeña tenía terror al agua. Aún más perjudicial fue el testimonio de los compañeros de Lewis, quienes dijeron que tres mese antes del ahogamiento, Lewis dijo que quería matar a Adriana después que la niña rayó su coche nuevo con un marcador permanente y esto la molestó demasiado.

Sin embargo, a esto Lewis se defendió diciendo: "Es un comentario que todo el mundo usa, pero nunca en mi mente, nunca, lo haría a cualquiera de mis hijos", dijo.

Otra de las pruebas perjudiciales para Lewis fueron los moretones inexplicados encontrados en la frente de Adriana.

Con dos horas fueron suficientes para que los jurados declararan a Lewis culpable de asesinato, mandándola a prisión de por vida.

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