13 feb 2011

Deanna Laney


Un fiscal de Texas describió cómo una madre golpeó la cabeza de su niño con una piedra y luego llevó a sus dos hijos mayores fuera de su casa e hizo lo mismo con ellos, matando a ambos. Deanna Laney, de 39 años, ha sido acusada de dos cargos de asesinato en las muertes de sus hijos Joshua (de 8 años) y Luke (6) un cargo de heridas de su hijo de 15 meses, Aaron, quien sobrevivió al ataque. El primer testigo en el juicio en Tyler, Texas –que se inició el lunes- fue el operador del servicio de emergencias quien identificó la grabación del desapasionado llamado de Laney señalando que había matado a sus niños con una roca.

Laney, quien se ha declarado inocente por razones de demencia, permaneció sentada durante las presentaciones iniciales del proceso con la cabeza agachada, llorando levemente. Los fiscales han decidido no buscar la pena de muerte en el caso. El fiscal del condado de Smith, Matt Bingham, dijo a los jurados que era su tarea determinar si Laney era demente o si la fiscalía había probado que ella sabía lo que estaba haciendo cuando aporreó a sus tres hijos. Aaron sobrevivió el ataque del 9 de mayo de 2003 –durante el Día de la Madre- con heridas graves. "Su vista fue afectada, y nunca podrá valerse por sí mismo", dijo Bingham. "En el mejor de los casos necesitará siempre contar con la ayuda de otra persona". Después de matar a Joshua y Luke –afirmó Bingham-, Laney llamó al número de emergencias 911, indicando al operador: "He matado recién a mis chicos. No creo haberlo hecho bien con Aaron". Cuando la cinta de audio fue reproducida en la corte, Laney cerró sus ojos y comenzó a llorar, mientras se escuchaba al operador intentando mantenerla en la línea hasta que las autoridades policiales arribaran. Su esposo –Keith Laney, quien ha apoyado a su esposa- estuvo sentado dos filas detrás de la mesa de la defensa, con su cabeza entre sus manos mientras la grabación era escuchada. El abogado designado por la corte, F.R. "Buck" Files, presentó sus argumentos a favor de la declaración de demencia de su defendida durante las presentaciones iniciales. "Escucharán que era una persona enferma en la búsqueda de estar más cerca de su Dios", dijo Files. "La única explicación que cualquiera de los testigos puede dar sobre su conducta...es que Deanna Laney ... estaba legalmente demente". Files sostuvo que Laney creía que Dios le había dicho que el mundo iba a terminar y que "ella tenía que poner su casa en orden", lo que incluía matar a sus hijos. "El dilema que enfrentó es una terrible para una madre", dijo Files.

"¿Sigue lo que ella cree que es la voluntad de Dios, o le da la espalda a Dios?" Files aseguró que presentaría testigos que corroborarían el amor de Laney por sus chicos así como su creencia de que "la palabra de Dios era infalible". "Su habilidad para discernir lo malo de su acto", dijo. Si el jurado coincide con la posición de la defensa, Laney sería inmediatamente evaluada en un hospital psiquiátrico estatal, donde podría permanecer por el tiempo que dure la sentencia que recibiría si fuera condenada –la pena máxima es de 40 años en prisión.

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