“La reina del veneno”, como fue llamada Lydia Sherman durante su juicio, fue una de las asesinas más frías, avaras y exitosas del siglo XIX. Por dinero envenenó a 3 esposos y todos sus hijos.
A los 17 años Lydia Sherman conoció al hombre que se convertiría en su primer esposo. Ambos iban a la misma iglesia metodista en Nueva Jersey. Edward Struck tenía ya 40 años y 6 hijos de un matrimonio anterior, pero aún así se casó con Lydia poco tiempo después de haberse conocido.
Edward Struck pronto se convirtió en policía de Nueva York y junto con Lydia tuvieron siete hijos más. En 1863 Struck se quedó sin trabajo y entró en lo que hoy se conoce como una depresión clínica, no salía a buscar empleo ni veía a sus amigos. Los hijos de su primer matrimonio ya no vivían con ellos pues habían crecido, sin embargo aún tenían siete hijos a quienes alimentar. Lydia sufría al ver a su esposo en la condición que se encontraba. Ella pidió consejos a sus más cercanos amigos, quienes le dijeron que debería enviarlo a una clínica donde pudiera recuperarse. Ella optó por una solución más drástica. Con diez centavos compró arsénico en una farmacia y envenenó a su esposo dándole de comer un plato de avena.
No se sintió mal, pues ella cría que era lo mejor que podía hacer por él. “La reina del veneno” heredó una modesta suma del seguro de vida de Edward Stuck y también con arsénico fue matando a cada uno de sus hijos hasta quedarse sola. En un solo día asesinó al bebé William, a Edward de 4 años y Martha de seis. Después murieron George de 14 años, Ann Eliza de 12 y Lydia de 18. Lydia Sherman fue contratada después por un rico granjero para cuidar su casa. Al poco tiempo se casaron y en unos meses su nuevo esposo murió envenenado dejándole una fuerte suma de dinero.
En 1870 Lydia se casó con Nelson Sherman, de él obtuvo el apellido por el que es conocida.
Nelson era un hombre solitario que había perdido a su esposa y necesitaba ayuda para criar a sus hijos. Después de casarse con Lydia los dos niños murieron misteriosamente y el 12 de mayo de 1871 Nelson se tomó la taza de chocolate que le quitaría la vida. Esta vez “La reina del veneno” no tuvo tanta suerte, su habilidad como actriz le permitía pasar desapercibida y hacer creer a los demás que era una mujer noble e incapaz de dañar a alguien. Sin embargo el doctor de la localidad sí sospechaba y mandó analizar el cuerpo de Nelson varias veces. Fue así como se descubrió que su esposa lo había envenado.
Los cuerpos de los hijos de Lydia Sherman también fueron examinados y se descubrió que habían muerto a causa del arsénico. “La reina del veneno” fue condenada a cadena perpetua y murió el 16 de mayo de 1878 en prisión.
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