Griselda Blanco organizó la distribución masiva de cocaína en Miami y Nueva York ampliando su nefasta influencia en 25 ciudades estadounidenses, convirtiéndose de esta manera en una de las piezas claves de los carteles colombianos en la década del 70, abriendo el camino a Carlos Ledher y Pablo Escobar.
Para mantenerse en el poder sembró la violencia y el terror en su mas siniestras modalidades. En ese entonces era una mujer bella pero sedienta de sangre. Para demostrar que no andaba en minucias no tuvo reparos en mandar al otro mundo a su primer marido y padre de tres de sus cuatro hijos, Carlos Trujillo, volándole los sesos con una ráfaga de metralleta que, ante las autoridades, dijo ser un accidente. Con otras variantes despachó a otros dos consortes ganándose con justicia el apelativo de Viuda Negra.
Su organización empezó a consolidarse en 1971 con las “burriers” que reclutaba en cabarets y lenocinios, creciendo su fama de bisexual. En pocos años ganaba montañas de dólares por lo que 1978 organizó su ejército de sicarios, a los que denominó Los Pistoleros, para afincarse en Florida. Uno de los tres sicarios sobrevivientes, Miguel "Paco" Sepúlveda fue el que organizó las sangrientas vendettas en los añosn 70 y princioios de los 80.
La leyenda de la Madrina llegó al clímax en 1979 cuando la mafiosa decidió acabar con las deudas a dos de sus competidores mediante el argumento indiscutible de las balas, en un tiroteo que puso en alerta a los agentes de la DEA sobre la amenaza real de esta perversa mujer. Los investigadores estadounidenses Guy Gugliotta y Jeff Lein,, en su libro “Los Reyes de la Cocaína” relatan este episodio en un capítulo denominado Dadeland y cuya primera parte reproducimos textualmente: En un calurosos día del mes de julio de 19979,m un camión Ford blanco de reparto entró en el aparcamiento del Dadeland Mall, el centro comercial más grande del sur de Florida. El observador atento habría notado que no se correspondían los letreros que llevaba a uno y otro lado. (“Happy Time Complete Party Suply”).
Las letras se habían trazado toscamente con pintura encarnada. Al pie de ellas figuraba un número de teléfono pero quien lo hubiera utilizado no habría tenido información sobre el suministro de artículos para fiestas.
(....)El vehículo blanco había llegado a Dadeland porque tenía una cita con Germán Jiménez Jiménez el cual efectuaría una compra en la Crown Liquors. Jiménez ocupaba lugar destacado entre los traficantes de cocaína de Miami: los hombres del camón se dedicaban a la misma actividad. Como Jiménez eran colombianos. ... A las 2.20 de la tarde Jiménez y Juan Carlos Hernández, su guardaespaldas de 22 años de edad, aparecieron en el aparcamiento de Dadeland en un sedán Mercedes Benz. Dejaron una automática Browning de calibre 9 mmm. Cargada en el suelo de la parte posterior y entraron desarmados en la Crown Liquors.
Pidieron una botella de Chivas Regal al dependiente Thomas Capozzi, el cual señaló a un estante de la derecha. Hernández fue en busca de la bebida. Precisamente entonces dos hombres se apearon del camión y avanzaron por el establecimiento. Uno asestó una Beretta 380 provista de silenciador contra Jiménez y abrió fuego. El otro le apoyó con una pistola ametralladora Ingram MAC-10. Los tiradores rociaron de balas a Jiménez y Hernández, haciendo añicos las botellas de los anaqueles. Hernández murió donde estaba: cayó de espaldas y el Chivas Regal quedó intacto en el pavimento junto a su codo izquierdo. Jiménez se desplomó de bruces, cuando quiso escapar hacia la entrada, con parte de la cabeza destrozada por cuatro o cinco proyectiles del calibre 45 de laMAC-10. Capozzi, herido por una bala perdida que le dio en el hombro derecho yb le desgarró el tórax, salió trastrabillando del establecimiento.
Los disparos se estrellaron contracajas de licor y vino, y el techo. El hombre de la MAC –10 gastó las treinta municiones del cargador y puso uno nuevo. Morgans Perkins, auxiliar de 18 años que almorzaba en la trastienda, corrió al oír la conmoción. Vio a un individuo de camisa alba y pantalón oscuro apretando el gatillo. Perkins se escondió detrás del mostrador, reptó hasta la puerta delantera, voló a través del aparcamiento y se metió debajo de un automóvil. (...) Con el propósito de cubrir su retirada, el trío del camión tiroteó indiscriminadamente cuanto había en el aparcamiento, En su frenesó, hicieron fuego contra su mismo espejo retrovisor. (...) Había una guerra de la cocaína , y hacía meses que aparecían cadáveres de los colombianos en Miami y el condado circundante de Dade.
La leyenda macabra de Griselda Blanco crecía con cada venganza de la mafia pero ella no solo ocupaba a sus sicarios para asuntos de negocios sino también personales. En 1982 empezó la persecución de Chucho Castro, uno de sus amantes que había escapado temeroso de terminar en el cementerio. Los pistoleros secuestraron a su hijo y le colocaron la metralleta en la cabeza. El hombre tuvo que regresar al lecho de amor hasta que la Madrina se cansó de sus lloriqueos y mandó que le volaran los sesos. La Viuda Negra inspiró tal miedo que ninguna persona se atrevía a atestiguar contra ella. Entre 1981 y 1984, Blanco comenzó a fumar una forma red para la distribución de cocaína y se comenta que su adicción, agudizado con el crack, le hicieron perder lentamente la razón. La Ley de Griselda empezaba a declinar en un crepúsculo de sangre y destrucción.
perdona estas confundido al hijo de chucho no lo secuestraron lo mataron cuando disparavan contra el coche de chucho por que no savian que el ñniño estava durmiendo en el asiento trasero.un saludo
ResponderEliminar