Daisy Louisa C. Hancorn-Smith nació el 1 de Junio de 1886 en Seven Fountains, una pequeña localidad cercana a Grahamstown (Sudáfrica) y era hija de un matrimonio de terratenientes que tenía otros 10 hijos. Cuando tenía 12 años de edad sus padres se divorciaron y ella se trasladó a vivir con su padre y dos de sus hermanos a Bulawayo, una ciudad ubicada en Rodesia (actualmente Zimbabue).
Allí estuvo tres años hasta que al cumplir los 15 su padre la envió a estudiar de vuelta a Sudáfrica, en concreto a la escuela-seminario de Good Hope de Ciudad del Cabo. Tras un par de años de estudios regresó a Rodesia en el año 1903, aunque tras haber vivido en una ciudad decidió que la vida en una granja no estaba hecha para ella y regresó de nuevo a Sudáfrica pocos meses más tarde. Se instaló en Durban para poder asistir a una escuela de enfermería y una vez diplomada como enfermera empezó a trabajar en el hospital Berea.
En vacaciones iba a Rodesia a visitar a su padre, hasta que a principios de 1907 conoció a un joven funcionario del gobierno llamado Bert Fuller, de quien se enamoró y con quien comenzó una relación sentimental. Entre los planes de la pareja estaba casarse ese mismo año, en Octubre, pero Bert enfermó de fiebre de aguas negras y falleció el mismo día que habían planeado casarse. Como Bert de algún modo ya se sentía “casado” con Daisy le legó todas sus pertenencias poco antes de morir.
En Marzo de 1909 Daisy se casó con William Alfred Cowle, un fontanero de 36 años que era natural de Johannesburgo. Se instalaron en la casa de él y tuvieron 5 hijos. Su primer parto fue de gemelos, quienes murieron al poco de nacer. Después tuvo otro hijo que murió por un absceso hepático y después vino otro hijo que murió a los 15 meses de edad por problemas intestinales y convulsiones. Su último hijo, Cecil Rhodes, el único creció sin problemas, nació en Junio de 1911.
El 11 de enero de 1913 William se sintió mal después de tomar unas sales tonificantes a base de sulfato de magnesio que su mujer le había preparado. El primer doctor que lo atendió no consideró grave su caso y le recetó una mezcla de bromuro para purgarlo. Poco después de la visita del doctor el estado de William empeoró y llamaron a otro médico, quien lo encontró echando espuma por la boca, con el rostro azulado y que además gritaba agónicamente cada vez que le tocaban el estómago. Poco después, William falleció. El doctor sospechaba de que podía tratarse de un envenenamiento dados los síntomas por lo que se negó a firmar un parte de defunción antes de haber practicado una autopsia. Cuando ésta fue realizada, se diagnosticó la causa de la muerte como nefritis crónica y hemorragia cerebral.
En 1922 se casó de nuevo con un fontanero. Su segundo marido era 10 años mayor que ella y se llamaba Robert Sproat.
En Octubre de 1927 Robert enfermó gravemente; sufría fuertes dolores abdominales y espasmos muscuilares similares a los sufridos por William, el primer marido de Daisy. A pesar de recuperarse poco después, volvió a recaer una semana más tarde y finalmente falleció el día 6 de Noviembre, aparentemente por una arteriosclerosis fulminante.
El 21 de Enero de 1931 Daisy se casó por tercera vez, y nuevamente con un fontanero; su nuevo marido se llamaba Sydney Clarence de Melker. En Febrero de 1932 Daisy se subió al tren para ir hasta Turffontein, lugar donde iba a comprar arsénico. Cuando los farmacéutcios le preguntaron para qué lo quería, Daisy (quien usaba su antiguo apellido de Sproat) dijo que era para eutanasiar a su gato, el cual se encontraba muy mal tras un percance con un coche y no quería que siguiese sufriendo. Poco tiempo después, el 2 de Marzo, su hijo Cecil comenzó a sentirse mal después de hacer una parada en el trabajo y tomar un café del termo que su madre le había preparado. Un compañero suyo llamado James Webster también empezó a sentirse mal después de haber bebido un poco de aquel café, aunque en unas horas se encontró bien otra vez. Sin embargo Cecil siguió empeorando hasta que el día 5 de Marzo falleció entre dolores. La autopsia reveló que (aparentemente) había muerto de malaria cerebral, el tipo de malaria más temido.
Sin embargo, el antiguo cuñado de Daisy y hermano de su segundo marido, William Sproat, comenzó a sospechar que las muertes que rodeaban a Daisy probablemente no se debiesen a la mala suerte de la que tanto se quejaba Daisy. Haciendo partícipes de sus sospechas a las autoridades, éstas accedieron a exhumar los cadáveres para someterlos a nuevas autopsias. El primero en ser desenterrado fue el de su hijo Cecil el día 15 de Abril. A pesar de llevar más de un mes muerto, su cadáver estaba notablemente bien conservado, algo que hacía pensar de entrada en el arsénico ya que este producto retrasa la putrefacción. Una vez examinados los restos descubrieron alta presencia de arsénico en vísceras, médula espinal y cabello. Después fueron exumados los cadáveres de sus dos maridos, quienes a pesar de estar en un alto grado de descomposición seguían teniendo restos de estricnina. Solicitaron también a James Webster, el compañero de Cecil, muestras de su cabello y de sus uñas, y determinaron que su “enfermedad” se había debido también al arsénico ya que estaba presente en su organismo.
Una semana más tarde Daisy fue detenida y acusada de tres asesinatos y un intento de asesinato. En químico que le había vendido el arsénico en Turffontein la reconoció en las fotos publicadas en la prensa y acudió a testificar que le había comprado el arsénico a él bajo el nombre de Daisy Sproat.
En el juicio de treinta días de duración que siguió el juez no acabó de convencerse de la participación de Daisy en los envenenamientos de William Alfred Cowle y de Robert Sproat. Sin embargo, no tenía dudas sobre que Daisy había envenenado a su propio hijo y a un compañero de trabajo de éste, por lo que la declaró culpable.
Daisy de Melker fue condenada a morir en la horca, sentencia que se cumplió la mañana del 30 de Diciembre de 1932 Prisión Central de Pretoria.
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