20 mar 2012

Vera Renczi



Vera Renczi nació en el año 1903 en una familia aristocrática venida a menos de orígenes húngaros asentada en Bucarest, la capital de Rumanía. Cuando Vera contaba diez años, en torno a 1913, la familia vendió la casa solariega que habitaban por falta de dinero y se mudaron a una granja que tenían en la localidad de Berkerekul, perteneciente a la antigua Yugoslavia.

Poco después de llegar a su nuevo hogar, Vera fue enviada a un internado para alta sociedad en Bucarest, lugar donde se sentía muy sola y alejada de su padre, a quien adoraba. Vera se convirtió en una joven muy hermosa, aunque no tenía libertad para elegir pareja ya que tenía un matrimonio concertado con un acaudalado empresario treinta años mayor que ella. Al cumplir los 16 se casó, y poco después tendría un hijo llamado Lorenzo. La familia se transladó a Odobesti, una localidad de la zona vinícola de Vrancea donde montaron una bodega de vinos que tuvo bastante éxito.

Vera se empezó a comportar como una mujer muy celosa, que desconfiaba de los viajes de negocios que hacía su marido. Era una mujer bastante posesiva que montaba escenas si su marido miraba a otra mujer. Una noche de 1920 que estaban cenando en casa, en un arrebato le echó arsénico en la copa de vino, lo que produjo la muerte a su marido. Ella dijo a su familia que habían discutido por sus celos y que su marido se había marchado, y que su hijo se había marchado junto a su padre poco después.

Un año más tarde contó a su familia y amigos que había tenido noticias de que su marido fugado y su hijo habían fallecido a causa de un accidente sin especificar en la Costa Azul (Francia), un lugar frecuentado por la aristocracia de entonces y que a sus conocidos les pareció coherente. Pocos meses más tarde de “haber recibido la noticia” de la muerte de su marido, Vera volvió a casarse, esta vez con un hombre dos años mayor que ella, quien era un empresario bastante solvente. Nuevamente, Vera se mostró posesiva y apenas dos años más tarde volvió a anunciar a su familia que la habían abandonado. Vera no volvió a casarse, aunque siguió manteniendo relaciones con numerosos hombres. La mayoría se trasladaban a su casa a vivir y la acababan abandonando en cuestion de meses o incluso de semanas.

En una ocasión, la mujer de uno de sus amantes sospechó de la relación que su marido podía tener con la señora Renczi, como era conocida, y siguió a su marido hasta que llegó a casa de Vera. Se marchó a su casa después de verle entrer allí, a la espera de su llegada para dejarle. Sin embargo, empezó a pasar el tiempo y su marido no volvía. La mujer decidió entonces avisar a la policía alegando que su marido había ido a casa de Vera y que no había regresado desde hacía dos semanas.

Con una autorización judicial la policía entró en la bodega de vinos y hallaron 35 ataúdes de zinc perfectamente alineados en una sala de la bodega. En cada ataúd se encontraba un cadáver masculino (incluído el hijo de Vera) en diferentes estados de descomposición. Vera fue detenida inmediatamente y llevada a comisaría. Una vez allí confesó haber matado a sus dos maridos, a 32 amantes e incluso a su hijo.

El motivo era que sentía o bien que la estaban engañando con otras mujeres o bien que empezanban a perder interés en ella, lo que podía significar que la abandonasen. También dijo que le gustaba a veces sentarse entre los ataúdes porque sentía que allí estaban todos sus amantes y que ya no podían traicionarla con otras mujeres.

En cuanto a su hijo, alegó que accidentalmente había descubierto y abierto el féretro que contenía el cadáver de su padre en la bodega, con lo que la amenazó con chantajes para no denunciarla y ella decidió envenenarlo también.

Vera fue juzgada y encontrada culpable del asesinato de 35 personas, lo que le granjeó una condena de cadena perpetua; el motivo por el que no fue condenada a muerte fue que pertenecía a la aristocracia, con lo que le conmutaron la “humillación” de ser ajusticiada por la de ser encerrada de por vida.

Vera Renczi falleció en la cárcel en el año 1960 por causas naturales.

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