17 mar 2012

Margaret Jensvold


Ben Barnhard, de 13 años, tenía ilusiones: había bajado 45 kilogramos, un logro para un chico con sobrepeso que soportaba las burlas de sus compañeros de clases y se refugiaba en su habitación con su mascota, un gato negro.

Sin embargo, un mes antes del regreso a clases, la madre del menor, la psiquiatra Margaret Jensvold, lo mató de un disparo y después se suicidó.

De acuerdo a una publicación del diario mexicano Excelsior, la Policía encontró el martes pasado ambos cadáveres en las recámaras de la casa en la que vivían en Kensington, un barrio de clase media alta en Maryland, un suburbio de Washington (EEUU).

Las autoridades hallaron además un mensaje en el que la madre indicó que su decisión se debe a los desacuerdos constantes con las autoridades del sistema escolar.

Según la hermana de la suicida, esta se encontraba muy tensa por las deudas y por las discusiones con las autoridades educativas, debido a las burlas de los escolares contra su hijo y su negativa de solventar una escuela especial, pues el menor sufría también de autismo.

En la carta, la madre mencionó que conocía a muchas personas que habían sufrido mucho tras el suicidio de sus padres, y que ella no quería lo mismo para su hijo

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