La historia de desgracias para esta joven latina originaria de Texas comenzó a los 17 años, cuando contrajo matrimonio. Desde el principio, su relación con Lionel Garza fue tormentosa. A pesar de ello la pareja tuvo tres hijos.
Melissa nació en 1975 cuando la pareja festejaba sus primer aniversario de bodas. Pero la vida de la pequeña apenas fue de tres meses, cuando Diana la llevó a un hospital en Bovina, Texas, donde argumentó que la bebé se había "convulsionado". Un médico confirmó asfixia, puesto que la infante dejó de respirar por complicaciones y no se solicitó una autopsia. Este fue el principio del abuso a los menores.
En febrero de 1978, cuando su primogénito varón, José Lionel, apenas tenía dos meses, su madre lo llevó a la sala de emergencias quejándose de que el niño había sufrido de "convulsiones". El pequeño fue puesto en cuidados intensivos, pero de nada sirvió porque el bebé murió tres días después en el hospital. Aunque una enfermera vio salir de la habitación del pequeño a Diana en el momento de su muerte, nada pudo comprobarse. Ocho meses después fue el turno de Joanna, quien ya tenía tres años cuando su madre llevó su cuerpo sin vida una vez más a una sala de emergencias.
A raíz de estas circunstancias, Diana y José se divorciaron tras cinco años de matrimonio. En los siguientes 17 años esta mujer tuvo tres hijos más de diferentes padres, pero ninguno de ellos alcanzó siquiera la edad para ir a la escuela. Su mortal fascinación con los infantes también termino con la vida de su sobrina de seis semanas, a quien Diana se llevó a dar un paseo, el que terminó con su vida.
Las circunstancias fueron las mismas: la bebé "dejó de respirar". Pero la suerte de esta asesina terminó en 1990, cuando una vez más esta madre llegó a la sala de emergencias con su hijo José Antonio, quien ya había logrado cumplir los 4 años, antes de que su mamá decidiera que era tiempo de morir.
En esa ocasión una trabajadora del hospital alertó a las autoridades, que iniciaron una investigación. En 1990 Diana Lumbrera fue sentenciada por la muerte de sus hijos, Melissa y José Lionel, así como la de su sobrina Erika.
Los cargos por la muerte de los otros pequeños tuvieron que ser retirados por falta de evidencia. Puesto que los órganos de las pequeñas víctimas habían sido extraídos de su cuerpo, no se podía recurrir a una autopsia.
Actualmente Diana se encuentra cumpliendo tres cadenas perpetuas en una prisión en Kansas.
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