La familia Bender era una familia compuesta por un matrimonio (John y Marli) y sus dos hijos, Kate y John. Eran de origen alemán y llegaron a Estados unidos en torno a 1870. Se establecieron en el condado de Labette (en Kansas), lugar donde abrieron una pequeña tienda de comestibles y una posada.
Cartel ofreciendo una recompensa por la captura de la familia
Como John (el patriarca) no fue capaz de aprender inglés correctamente, necesitaba a su hija para poder llevar los negocios.
Pronto la joven Kate, una muchacha muy guapa y con gran don de gentes, se proclamó curandera y medium.
Una vez cerraban la tienda, la joven Kate atendía a los clientes en el salón de su casa. Dicha habitación estaba dividida al medio por una gran cortina, que era el lugar donde la joven ejercía de “intermediaria con los muertos”. Cada vez que llegaba un cliente rico, lo pasaban inmediatamente a esa habitación, a veces en detrimento de la gente que podía llevar horas esperando su turno. Mientras Kate distraía a los clientes, John o su hijo se acercaban sigilosamente por la espalda de la víctima y de un martillazo acababan con su vida. Posteriormente degollaban metódicamente a cada víctima para asegurarse de su óbito.
Una vez asegurados de que el “cliente” estaba muerto, lo enviaban al sótano a través de una trampilla camuflada en el suelo, donde más tarde desnudarían el cadáver, se apropiarían de todo lo que tuviese el mínimo valor y luego lo enterrarían, generalmente en el jadín.
En la primavera de 1873 llegó un cliente bastante acaudalado a la posada. Era el doctor William York, quien se encontraba de viaje desde el cuartel de Fort Scott hacia su casa. Le había dicho a su hermano que lo más probable es que parase en esa posada a descansar, ya que le habían hablado bien de ella. Sin embargo, nadie volvió a ver al doctor York.
Intrigado por su desaparición, el hermano del doctor, el coronel Edmund York se presentó en la posada la tarde del día 4 de Mayo de 1873.
Una vez allí, les preguntó si habían visto a su hermano, pregunta a la que la familia Bender al completo respondió diciendo que no. Como era tarde, el coronel decidió quedarse allí esa noche. Se encontraba fumando con su pipa en el salón después de cenar cuando de repente observó una cajita de oro que le resultaba vagamente familiar. La abrió y se encontró con las fotos de su cuñada y su sobrina. Inmediatamente salió de la posada para regresar al día siguiente con el alguacil y varios militares, pero encontraron el lugar vacío; los Bender habían huído.
Comenzaron entonces a registrar la propiedad y se encontraron con doce montículos entre unos arbustos. En aquel luigar había al menos doce cuerpos. Por supuesto, el hermano de Edmund también estaba; de hecho, estaba sepultado cabeza abajo y con los pies casi a la vista.
No se sabe a ciencia cierta qué ocurrió con la familia Bender. Uno de los grupos de búsqueda que se organizaron (aprovechando el rango militar de Edmund York) dijo haberlos encontrado.
Según narra el documento, fusilaron al matrimonio y al hijo, mientras que a Kate la quemaron viva.
De todos modos, la búsqueda prosiguió durante casi cincuenta años, hasta la muerte del coronel York, y se ofrecían recompensas por su captura.
Se detenía a toda pareja de mujeres que viajasen solas, aunque nunca se supo que se hallase a Kate y a su madre. Incluso se llegó a enviar a dos mujeres desde Detroit acusadas de ser ellas; sin embargo, nunca fueron juzgadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario